En la apertura del Sínodo sobre la sinodalidad, el Papa Francisco nos brindó una profunda reflexión sobre la importancia del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia y cómo la sinodalidad debe ser una respuesta a su guía divina. A través de varios pasajes bíblicos, exploraremos los 10 puntos clave de su discurso y cómo podemos aplicarlos en nuestra vida espiritual.
1. La idea de sinodalidad en la iglesia occidental: Pablo VI hizo un llamado para restaurar la sinodalidad en la Iglesia occidental. Este recordatorio nos lleva a Hechos 15, donde los apóstoles y los ancianos se reunieron en el primer concilio para discernir juntos sobre la cuestión de la circuncisión.
2. La madurez de la sinodalidad: La madurez de la sinodalidad se puede relacionar con la parábola de la semilla de mostaza (Mt 13, 31-32), que crece lentamente pero da lugar a un gran árbol. La Iglesia ha madurado en su comprensión de la sinodalidad con el tiempo.
3. El papel del Espíritu Santo: El Papa Francisco enfatiza que el Espíritu Santo es el protagonista de la sinodalidad. En Hechos 2, vemos cómo el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles en Pentecostés, impulsándolos a hablar en diferentes lenguas y a compartir el Evangelio.
Los protagonistas del Sínodo no somos nosotros, es el Espíritu Santo, y si le damos lugar al Espíritu Santo, el Sínodo irá bien.
Francisco (2023) Apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos “Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión”.
4. El sínodo no es un parlamento: El Sínodo no es una reunión política, sino un proceso guiado por el Espíritu Santo. Esto se asemeja a la forma en que el Espíritu dirigió a Pedro a aceptar a los gentiles en Hechos 10.
5. Textos patrísticos de san Basilio: San Basilio, en sus escritos sobre el Espíritu Santo, nos recuerda la importancia de comprender la presencia del Espíritu en la Iglesia, como se ve en Juan 14, donde Jesús promete enviar al Espíritu Consolador.
6. La armonía en la Iglesia: se refleja en 1 Corintios 12, donde San Pablo compara la Iglesia con un cuerpo con muchas partes. Todas las partes son diferentes pero trabajan juntas en armonía.
7. Escuchar las voces del Espíritu: San Basilio nos exhorta a discernir las voces del Espíritu Santo. En 1 Juan 4, se nos anima a probar los espíritus para discernir si son de Dios.
8. Prioridad de la escucha: en el Sínodo se relaciona con la historia de María y Marta en Lucas 10. María escucha las palabras de Jesús mientras Marta está ocupada con muchas cosas. Jesús elogia a María por elegir la mejor parte: escuchar Su palabra.
9. No entristecer al Espíritu: Efesios 4, 30 nos advierte sobre no entristecer al Espíritu Santo. Debemos evitar las palabras vacías y la murmuración, que va en contra del Espíritu.
10. Una Iglesia en pausa: Este momento de pausa en la Iglesia nos recuerda el Sábado Santo, cuando los apóstoles estaban en pausa, pero no por miedo, sino en espera del Espíritu Santo. Así como ellos, debemos tomar este tiempo para reflexionar y escuchar al Espíritu Santo.
La sinodalidad es un camino guiado por el Espíritu Santo en el que debemos aprender a escuchar, discernir y caminar juntos como una Iglesia en armonía. Siguiendo las lecciones del Papa Francisco y las enseñanzas bíblicas, podemos fortalecer nuestra relación con Dios y con la comunidad cristiana.
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