Día 7: Señor, convierte nuestras Iglesias en ‘posadas’, para acoger a los necesitados

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En este séptimo día del octavario de oración por la unidad de los cristianos, nuestras reflexiones se centran en las Escrituras de Génesis 18, 4-5 y el Salmo 5, 11-12. Bajo el lema del día, «Señor, convierte nuestras Iglesias en ‘posadas’, para acoger a los necesitados«, exploramos la profunda llamada a ser lugares de refugio y amor en el cuerpo de Cristo.

Génesis 18, 4-5 nos transporta a un momento sagrado cuando Abraham, sin saberlo, ofrece hospitalidad a los mensajeros de Dios. Este acto sencillo de ofrecer posada se convierte en un encuentro divino. Nos recuerda que, a través de la hospitalidad, nuestras comunidades pueden convertirse en lugares donde experimentamos la presencia de Dios en el servicio mutuo y el amor compartido.

El Salmo 5, 11-12 nos habla de la protección divina para aquellos que buscan refugio en Dios. Este pasaje nos inspira a ser «posadas» de amor y seguridad para quienes necesitan consuelo y apoyo. La responsabilidad de nuestras Iglesias es extender la gracia y la compasión que hemos recibido, convirtiéndonos en faros de esperanza en medio de las dificultades.

El lema del día es una oración poderosa que busca transformar nuestras comunidades en lugares acogedores, donde los necesitados encuentren consuelo y ayuda. Invoca la imagen de las posadas, recordándonos que nuestras Iglesias no deben ser lugares cerrados, sino espacios abiertos donde el amor y la hospitalidad sean el distintivo de nuestra fe.

En este día, reflexionemos sobre cómo nuestras Iglesias pueden ser posadas de amor. ¿Cómo podemos abrir nuestras puertas y nuestros corazones a aquellos que buscan refugio y consuelo? Que nuestras oraciones inspiren acciones concretas, convirtiendo nuestras comunidades en lugares de amor y aceptación para todos.

Que este séptimo día del octavario sea un recordatorio de la importancia de la hospitalidad en la vida cristiana. Que nuestras Iglesias sean posadas de amor, refugios donde cada persona, sin importar su situación, se sienta bienvenida y amada. Que así, construyamos puentes hacia la unidad, siendo testigos vivos del amor transformador de Cristo.

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