Nuestra Señora del Buen Socorro

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Nuestra Señora del Buen Socorro, también conocida como Notre-Dame-de-Bon-Secours, tiene una historia rica y arraigada que se remonta a los inicios de Montreal en el siglo XVII. La devoción a esta advocación mariana ha sido un pilar fundamental en la vida espiritual de la ciudad y ha dejado una huella indeleble en su patrimonio religioso. La historia de Nuestra Señora del Buen Socorro comienza con la construcción de una pequeña capilla de madera en 1657 dedicada a María bajo esta advocación. Esta capilla se erigió en un punto estratégico cerca del puerto, convirtiéndose en un lugar de refugio y consuelo para los marineros que partían hacia los siete mares desde Montreal.

En 1675, la modesta capilla de madera fue reemplazada por un edificio más grande, cuyos cimientos aún sostienen la iglesia actual. Esta última, construida en 1771, es un testimonio vivo de la devoción continua hacia Nuestra Señora del Buen Socorro a lo largo de los siglos. El mensaje inscrito sobre la entrada de la iglesia, dicta:

Si el amor de María está grabado en tu corazón, no olvides una oración al pasar

Este mensaje refleja la profunda relación espiritual que los fieles han sentido con esta advocación mariana a lo largo del tiempo. El interior de la iglesia está adornado con bellas pinturas y mosaicos que honran a figuras importantes en la historia de Montreal y en la devoción a Nuestra Señora del Buen Socorro. Entre ellos se encuentran representaciones de Marguerite Bourgeoys, fundadora de la Congregación de Notre Dame, y de Maisonneuve, el fundador de Montreal, quien se dice que derribó el primer roble para la construcción de la capilla.

Interior de la capilla.

Uno de los tesoros más preciados de la iglesia es una estatua de madera de Nuestra Señora del Buen Socorro, traída por Marguerite Bourgeoys desde Francia en 1673. Esta estatua milagrosamente sobrevivió a un incendio que consumió la capilla original en 1754, encontrándose intacta entre los restos carbonizados. Su preservación se considera un signo de la protección celestial de la Virgen María.

En honor a la devoción marítima asociada con Nuestra Señora del Buen Socorro, en 1849 se colocó una estatua de la Virgen Bendita, Estrella del Mar, en lo alto de la torre de la iglesia, mirando hacia el puerto. Por esta razón, la capilla también se conoce como la Iglesia de los Marineros. Los exvotos y las maquetas de barcos suspendidas en la bóveda de la capilla son testimonios tangibles de la gratitud de los marineros por la protección recibida durante sus travesías en el mar.

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