La anticipación está en el aire mientras nos preparamos para la primera Jornada Mundial de los Niños en Roma, programada para los días 25 y 26 de mayo de 2024. En su mensaje dirigido a todos nosotros, el Santo Padre Francisco nos recuerda la importancia de este evento y la significativa contribución que cada niño y niña hace a la humanidad y a la Iglesia.

El Papa dirige su mensaje tanto a los niños y niñas presentes como a aquellos que están lejos, recordándonos que todos somos importantes y que juntos representamos la diversidad y la unidad de la familia humana. Nos invita a escuchar atentamente las historias de nuestros mayores y a recordar a aquellos niños que están luchando contra diversas dificultades en todo el mundo.

El tema central de esta jornada, «Yo hago nuevas todas las cosas» (Ap 21,5), nos desafía a abrazar la novedad y a ser ágiles como niños para comprender y abrazar los cambios que el Espíritu nos inspira. Nos anima a soñar con una humanidad nueva y a comprometernos a construir una sociedad más fraterna y atenta a nuestra casa común, comenzando por gestos sencillos de cortesía y gratitud.

El Papa destaca la importancia de la amistad y la oración en nuestras vidas, recordándonos que la felicidad crece cuando se comparte y que la oración nos conecta directamente con Dios, llenando nuestros corazones de luz y calidez. Nos invita a rezar juntos el Padrenuestro, no como una fórmula vacía, sino como una expresión de unidad y comunión con Jesús y con toda la Iglesia.

Esta Jornada nos ofrece la oportunidad de renovar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro compromiso de construir un mundo más justo y pacífico, recordándonos que cada niño y niña es un regalo de Dios y un eslabón importante en la cadena de la humanidad. Oremos juntos, con la confianza de que Dios siempre está con nosotros, renovándonos con su Espíritu y guiándonos en el camino hacia un futuro lleno de esperanza y amor.

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