Victimae paschali laudes

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado,
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la vida,
triunfante se levanta.

“¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?’’
“A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Vengan a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí verán los suyos
la gloria de la Pascua’’.

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.

Misal Romano – Domingo de Resurrección

En la liturgia de la Iglesia Católica, especialmente durante el tiempo de Pascua, un himno se destaca por su profundidad teológica y su belleza poética: «Victimae Paschali Laudes«. Este himno, entonado tradicionalmente en el Domingo de Resurrección, nos invita a reflexionar sobre el significado profundo de la Pascua y la victoria de Jesucristo sobre la muerte. El himno comienza con una invitación a los cristianos para ofrecer alabanzas a Jesucristo, quien es visto como la Víctima propiciatoria de la Pascua. Jesucristo es comparado con un cordero sin pecado que ofrece su vida como sacrificio para salvar a la humanidad y establecer una nueva alianza entre Dios y los hombres.

A través de metáforas poderosas, el himno nos lleva a contemplar la singular batalla entre la vida y la muerte que tuvo lugar en la resurrección de Jesucristo. En este evento trascendental, la muerte es vencida y Jesucristo emerge triunfante sobre la tumba, renovando así la fe y la esperanza de los creyentes. El encuentro de María Magdalena con el sepulcro vacío de Jesucristo se presenta como un testimonio vivo de su resurrección. Este evento confirma la victoria de Jesucristo sobre la muerte y renueva la esperanza de todos aquellos que creen en él.

El himno concluye con una invocación a Jesucristo como Rey vencedor, pidiendo su misericordia sobre la humanidad y solicitando que los fieles compartan en su victoria santa sobre el pecado y la muerte. «Victimae Paschali Laudes» es mucho más que un himno litúrgico; es una expresión profunda de la fe cristiana en la resurrección de Jesucristo y su victoria sobre la muerte. Nos invita a celebrar la Pascua con alegría y esperanza, recordando que en Cristo, la muerte ha sido vencida y tenemos la promesa de la vida eterna.