Lucas narra el encuentro de dos discípulos con Jesús resucitado en el camino hacia Emaús. Aunque inicialmente no lo reconocen, Jesús se une a ellos en su caminata y les explica las Escrituras, mostrándoles cómo todo lo que había sucedido era parte del plan divino.
Cuando llegan a Emaús, los discípulos insisten en que Jesús se quede con ellos, y es durante la fracción del pan que finalmente lo reconocen. Sin embargo, en el momento en que lo reconocen, Jesús desaparece de su vista. Llenos de asombro y emoción, los discípulos regresan a Jerusalén para compartir la noticia con los otros discípulos.
Este relato es rico en simbolismo y nos muestra cómo Jesús se revela a sus seguidores incluso en momentos de duda y confusión, y cómo su presencia puede ser reconocida en la fracción del pan, que es una referencia a la Eucaristía. Es un recordatorio de que Jesús está siempre presente con sus seguidores, incluso cuando no lo reconocemos de inmediato en nuestras vidas.