San Sotero fue Papa durante aproximadamente ocho años, desde alrededor de 167 a 175, aunque las fechas exactas de su papado pueden variar según diferentes fuentes. A pesar de que poco se conoce sobre su vida personal, su legado se encuentra en algunos fragmentos de cartas dirigidas a él por figuras prominentes como San Dionisio de Corinto.
En una carta preservada, San Dionisio de Corinto elogia la generosidad y el cuidado paternal de San Sotero hacia los hermanos necesitados, destacando su costumbre de enviar limosnas a diversas iglesias y su apoyo a aquellos que sufrían pobreza o trabajaban en las minas. Esta carta enfatiza la tradición romana de generosidad, preservada y ampliada por el Papa Sotero, quien era considerado un padre amoroso para sus fieles.
Aunque la carta que Sotero había escrito en nombre de su iglesia se ha perdido, algunos estudiosos han intentado identificarla con la llamada «Segunda Epístola de Clemente». La veneración por las palabras y acciones de Sotero era evidente en el elogio que se le hacía, resaltando la importancia de sus escritos para la comunidad cristiana.
Se destaca también que San Dionisio de Alejandría, en el siglo III, hace referencia a la tradicional generosidad de la Iglesia Romana, destacando que esta virtud se mantenía incluso en su época, subrayando así la continuidad y la importancia de las acciones benéficas iniciadas por San Sotero.
Aunque la información sobre su vida personal es escasa, su servicio a la Iglesia se destaca por su generosidad y cuidado pastoral hacia los necesitados, dejando un legado de caridad y apoyo hacia la comunidad cristiana en un momento crucial de su historia.
Muéstrame tu Rostro 