El Venerable Siervo de Dios Stefano Douayhy nació el 2 de agosto de 1630 en Ehden, Líbano, en el seno de una familia noble que le proporcionó una sólida educación y una formación moral, litúrgica y lingüística. Desde temprana edad, demostró un profundo interés por la historia y la liturgia maronita, lo que lo llevó a estudiar en el seminario romano de los Maronitas a los 11 años. Allí, obtuvo un doctorado en filosofía y continuó su investigación de manuscritos relacionados con su herencia cultural. Tras su regreso a su tierra natal, fue ordenado sacerdote el 25 de marzo de 1656 y se dedicó al ministerio en varias parroquias del Líbano y Siria, destacándose por su dedicación a los pobres y su contribución al diálogo entre las Iglesias Orientales y la Iglesia Católica.
Su profundo conocimiento y compromiso con la fe lo llevaron a ser nombrado misionero de Propaganda Fide, extendiendo así su labor apostólica a un ámbito más amplio. Además de su labor pastoral, Douayhy llevó a cabo una prolífica actividad intelectual, publicando escritos importantes sobre la liturgia y la historia maronita, los misterios de la fe católica, sermones y otras obras de carácter filosófico y teológico. El 8 de mayo de 1668, fue consagrado como obispo de la diócesis Maronita con sede en Chipre, y dos años después, el 20 de mayo de 1670, fue elegido Patriarca de Antioquía y confirmado por el Papa Clemente X el 8 de agosto de 1672. Durante su episcopado, emprendió importantes reformas en la Iglesia maronita y en la vida monástica. Falleció el 3 de mayo de 1704.
Su legado perdura hasta nuestros días, como lo demuestra el decreto de reconocimiento de sus virtudes heroicas, promulgado el 3 de julio de 2008. Sin embargo, su influencia va más allá de su época, ya que continúa siendo un ejemplo de fe y compromiso para la comunidad cristiana. La historia de la beatificación del Venerable Siervo de Dios Stefano Douayhy está marcada por un milagro atribuido a su intercesión. Una mujer que padecía de poliartritis reumatoide seronegativa experimentó una curación instantánea y duradera después de que ella y su comunidad invocaran la intercesión del Patriarca Douayhy. Este milagro, reconocido por la Iglesia, es testimonio del poder de la fe y la devoción a este venerable siervo de Dios.
El proceso de beatificación incluyó una minuciosa investigación diocesana, que culminó en la validación jurídica el 4 de octubre de 2019. Posteriormente, una consulta médica y un congreso de teólogos confirmaron la autenticidad del milagro, lo que finalmente llevó a la aprobación por parte de la Sesión Ordinaria de Cardenales y Obispos el 6 de febrero de 2024. El legado del Venerable Siervo de Dios Stefano Douayhy perdura como un faro de luz en la historia de la Iglesia Maronita y un ejemplo inspirador de santidad para todos los fieles.
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