MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN EL CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE DEPORTE Y ESPIRITUALIDAD «PONER LA VIDA EN JUEGO»

,

Queridos hermanos y hermanas:

Saludo cordialmente a todos los que participan en el Congreso Internacional sobre Deporte y Espiritualidad, titulado «Poner la vida en juego», organizado por el Dicasterio para la Cultura y la Educación y la Embajada de Francia ante la Santa Sede.

El apóstol Pablo ha comparado más de una vez la vida espiritual con la actividad atlética, en particular con la carrera (cf. 1 Cor 9, 24; 2 Tm 4, 7-8), cuyo premio es Cristo mismo. La disciplina y la templanza de los atletas, así como la sana competencia, han sido frecuentemente valoradas como metáforas de la vida cristiana virtuosa. Incluso hoy, esta metáfora puede resultar eficaz para todos aquellos que, de alguna manera, desean y se esfuerzan por agradar a Dios y ser sus amigos.

El deporte está asumiendo un papel cada vez más importante en la sociedad, moldeando la vida cotidiana de muchas personas. Es una forma de emplear el tiempo libre que suscita intereses y oportunidades de encuentro, agrupa, crea comunidad, dinamiza la vida de manera ordenada y promueve sueños, especialmente en las jóvenes generaciones.

Por eso, se hace necesaria una pastoral del deporte y una educación en los valores genuinos de la competición, purificada de egoísmos e intereses meramente materiales. Por la misma razón, es importante que la Iglesia reflexione sobre la experiencia deportiva y la valore adecuadamente en su acción evangelizadora. Aquellos que están involucrados en este servicio están llamados a actuar de manera que propongan a Jesús como el «verdadero atleta de Dios» (S. Juan Pablo II, Homilía en el Jubileo de los Deportistas, 29 de octubre de 2000). Algunos recientes pronunciamientos pontificios han enriquecido la reflexión eclesial sobre el deporte, colocándolo en su horizonte humano, advirtiendo sobre los riesgos de deshumanización y corrupción, y promoviéndolo como lugar privilegiado de encuentro entre personas y de fraternidad entre los pueblos.

En este contexto, el presente Congreso sobre Deporte y Espiritualidad se propone pensar «el deporte más allá del deporte«. Con una visión poliédrica, pretende profundizar en sus valores éticos, sociales, culturales, políticos y espirituales. Les deseo el mejor éxito en sus trabajos y me permito dejarles una indicación que me es muy querida: en el deporte, a todos los niveles, nunca debería faltar el espíritu «amateur», que preserva su autenticidad. Y este estilo está estrechamente ligado a la calidad de la vida espiritual de quienes forman el entorno deportivo: directivos, entrenadores, técnicos y atletas. Destaco al respecto la gran responsabilidad educativa de los adultos: su conciencia formada en valores humanos es determinante para dar vida a entornos deportivos sanos y formativos, previniendo cualquier actitud deseducativa y cualquier forma de abuso, especialmente en perjuicio de los menores y los más vulnerables.

Agradeciéndoles por su compromiso, aseguro mi oración e invoco sobre todos ustedes y sus respectivas actividades la bendición del Señor.

Roma, San Juan de Letrán, 24 de abril de 2024.

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar