“En la vejez no me abandones” (cf. Sal 71,9)

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Reflexiones sobre el Mensaje del Papa Francisco para la IV Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores

En su mensaje con motivo de la IV Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, que se celebra el 28 de julio de 2024, el Papa Francisco nos invita a una profunda reflexión sobre la importancia y el valor de los ancianos en nuestra sociedad, bajo el lema «En la vejez no me abandones» (cf. Sal 71,9). Este lema, extraído del Salmo 71, nos recuerda la súplica de muchos ancianos que temen ser olvidados y abandonados en su vejez.

El Papa comienza su mensaje destacando la fidelidad de Dios hacia sus hijos en todas las etapas de la vida. A través de múltiples referencias bíblicas, enfatiza que Dios no nos abandona, ni siquiera cuando la edad avanza y las fuerzas disminuyen. Las Escrituras nos aseguran la cercanía y misericordia de Dios, quien nos cuida desde el vientre materno (cf. Sal 139,13) hasta la vejez. La vejez, en la Biblia, es vista como un signo de bendición y no como una carga.

A pesar de la certeza del amor divino, Francisco reconoce la existencia de un miedo profundo al abandono, especialmente en la vejez. Comparte su experiencia personal al visitar residencias de ancianos en Buenos Aires, donde constató la soledad que muchos mayores sufren debido a la falta de visitas de sus seres queridos. El Pontífice identifica diversas causas para esta soledad: la emigración de los hijos, los conflictos bélicos, y las creencias culturales erróneas que culpan a los ancianos de infortunios.

El mensaje denuncia la percepción errónea y difundida de que los ancianos son una carga para los jóvenes, particularmente en términos económicos. Francisco advierte contra la manipulación que enfrenta a generaciones entre sí, creando una supuesta rivalidad entre jóvenes y mayores. Esta contraposición, según el Papa, es un fruto venenoso de la cultura de la confrontación y debe ser combatida para preservar la unidad de las edades de la vida. El Papa Francisco recurre a la historia bíblica de Rut y Noemí como un poderoso ejemplo de solidaridad y compañía en la vejez. Noemí, tras perder a su esposo e hijos, invita a sus nueras a dejarla, asumiendo que su valor es mínimo. Sin embargo, Rut desafía esta percepción, eligiendo quedarse con Noemí y mostrando que la soledad no es un destino inevitable. Esta narrativa nos enseña la importancia de responder a la súplica «no me abandones» con un firme «no te abandonaré».

Francisco concluye su mensaje con un llamado a la acción, animando a la sociedad a no abandonar a los ancianos. Destaca el valor de las personas que, siguiendo el ejemplo de Rut, cuidan y acompañan a los mayores, recordando que estos gestos de cercanía y cuidado son bendiciones tanto para quienes los reciben como para quienes los ofrecen. En esta IV Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, el Papa invita a todos a mostrar ternura y solidaridad hacia los ancianos, a visitarlos y a contrarrestar la cultura del descarte con corazones abiertos y rostros alegres. Concluye su mensaje pidiendo que no se olviden de rezar por él, extendiendo su bendición y oración a todos los abuelos, mayores y quienes los acompañan. Este mensaje nos insta a reflexionar sobre nuestras propias actitudes hacia la vejez y a trabajar activamente para crear una sociedad más justa y solidaria con nuestros mayores.

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