Nuestra Señora de Sasopoli

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El santuario de la Virgen de Sasopoli, conocido también como Madonna del Sasso, se encuentra a unos 1700 pies sobre el nivel del mar en una de las colinas de la cadena de Monte Giovi, a doce millas al noroeste de Florencia, Italia. Este santuario alberga una imagen de la Virgen con el Niño, obra atribuida a la escuela de Giotto, que data entre los años 1300 y 1490.

Según la tradición, en «tiempos antiguos» existía un pequeño santuario en la colina con una placa que representaba a la Santísima Virgen y al Niño Jesús. El famoso pintor Giotto estuvo en Florencia en varias ocasiones durante el siglo XIV, y aunque falleció en 1336, su influencia perduró a lo largo del tiempo, lo que sugiere que la obra podría haber sido realizada por sus discípulos.

El 2 de julio de 1490, dos jóvenes pastoras de la familia Ricovera acudieron al santuario para rezar por la salud de su padre enfermo. Mientras oraban, escucharon un ruido y vieron a una hermosa dama con un niño en brazos sentada en una piedra cercana. La dama les aseguró que no debían tener miedo y que su padre se había recuperado milagrosamente. La Virgen les pidió que construyeran una iglesia en ese lugar en su honor.

Las jóvenes encontraron a su padre completamente recuperado y regresaron con él al santuario, donde la Virgen nuevamente les habló, reiterando su deseo de que se construyera una iglesia. Aunque al principio pocos creyeron en la aparición, el 15 de agosto, fiesta de la Asunción, la Virgen se apareció por tercera vez ante una multitud, manifestando su descontento por la demora en la construcción del templo.

Inicialmente, los habitantes comenzaron a construir la iglesia en un terreno más accesible, pero repetidamente encontraron los cimientos destruidos al día siguiente. Interpretando esto como una señal divina, decidieron construir la iglesia exactamente en el lugar donde la Virgen había aparecido, pese a las dificultades del terreno. Finalmente, con gran esfuerzo, nivelaron el área y erigieron la iglesia en honor a Nuestra Señora de Sasopoli.

Este relato destaca la devoción y la fe de la comunidad, así como la insistencia de la Virgen en que su santuario fuera construido en el lugar exacto de su aparición. La iglesia y la imagen se conocen como Madonna del Sasso, recordando siempre la piedra donde la Virgen se manifestó y pidió la construcción del santuario.

Esta historia es un testimonio de la perseverancia y fe de los creyentes, y cómo la intervención divina puede influir en la construcción de lugares sagrados. El santuario de Nuestra Señora de Sasopoli sigue siendo un lugar de peregrinación y devoción hasta el día de hoy.

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