Nuestra Señora de Boulogne Sur Mer

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Nuestra Señora de Boulogne Sur Mer tiene una historia de veneración y devoción que se remonta al año 636, cuando una pequeña embarcación sin remos ni velas llegó milagrosamente al puerto de Boulogne. Testigos presenciales abordaron la embarcación y encontraron una estatua luminosa de Nuestra Señora a bordo. Una voz fue escuchada diciendo: «Elijo tu ciudad como lugar de gracia«. Los ciudadanos de Boulogne recibieron a María con gran alegría y erigieron un santuario en su honor, que alcanzó su máximo esplendor en el siglo XII.

La vierge miraculeuse de Boulogne, obra de Francis Tattegrain (1852-1915), recreación de la llegada de la estatua de la Virgen conservada en la basílica.

La estatua de Nuestra Señora de Boulogne fue objeto de numerosos intentos de robo a lo largo de los siglos, incluso por el rey Enrique VIII de Inglaterra. Sin embargo, la imagen siempre fue salvada y devuelta. Durante la Segunda Guerra Mundial, la estatua original sufrió graves daños, pero una de las copias exactas, resguardada en Lourdes, fue devuelta a Boulogne en un evento conocido como el «Gran Retorno«.

El santuario de Boulogne Sur Mer ha sido visitado por destacadas personalidades a lo largo de la historia, incluidos seis reyes franceses. La devoción a Nuestra Señora de Boulogne se ha extendido por todo el mundo, y las réplicas de su estatua han sido llevadas en procesión tanto en Francia como en el extranjero.

El 10 de julio se celebra la fiesta de la dedicación de la nueva iglesia construida en honor a Nuestra Señora de Boulogne, mientras que la confraternidad de Nuestra Señora de Boulogne ha sido reconocida y venerada por muchos fieles a lo largo de los siglos. A pesar de los desafíos y los daños sufridos durante la Revolución Francesa y la Segunda Guerra Mundial, la devoción a Nuestra Señora de Boulogne sigue siendo fuerte y vigorosa, atrayendo a peregrinos de todo el mundo en busca de consuelo y gracia ante la Madre de Dios.

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